En el comercio minorista, cada métrica cuenta una historia. Detrás de las palabras de moda como personalización, fidelización, omnicanalidad, hay presiones comerciales reales: crecer sin erosión de los márgenes, retener a los clientes más allá de la primera compra y crear experiencias por las que valga la pena volver.
Los datos son claros: los enfoques tradicionales ya no están calando como antes. Así que aquí hay 10 estadísticas que revelan hacia dónde se dirigen las expectativas de los consumidores y cómo los vendedores minoristas inteligentes están evolucionando en respuesta.

La personalización no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también transforma los resultados comerciales. Los minoristas con mejor rendimiento en este espacio están generando un 40% más de ingresos que los que tardan más en adaptarse. Y no se trata solo de recomendaciones de productos o contenido dinámico. Lo que los diferencia es su capacidad para convertir los datos de los clientes en interacciones significativas e individuales que impulsan la frecuencia, el gasto y la afinidad con la marca.
En TLC, vemos esto todos los días: las marcas que cambian de tácticas transaccionales a estrategias personalizadas y emocionalmente atractivas crean relaciones más pegajosas y resultados finales más sólidos. No se trata de ofrecer más promociones, se trata de ofrecer las adecuadas, a las personas adecuadas, de una manera que realmente importe.

Por qué esto es importante:
No se trata de una ganancia marginal, sino de un aumento de los ingresos materiales. Para los minoristas que aún dependen de campañas genéricas o promociones basadas en precios, esta estadística es un claro llamado a reevaluar. Con la plataforma y la estrategia adecuadas, la personalización se convierte en algo más que una palabra de moda, se convierte en una palanca de rendimiento. La cuestión ya no es si la personalización da resultados, sino la rapidez con la que se puede empezar a escalar.


Resulta que los compradores no siempre persiguen el precio más bajo: están dispuestos a pagar hasta un 16% más cuando la experiencia se siente personalizada, relevante y humana. Este es el poder de crear una conexión emocional: cuando un cliente se siente visto y valorado, no solo se mantiene leal; Gastan más y con más frecuencia.
Para los minoristas bajo presión para impulsar los ingresos sin erosionar el margen, esta estadística cambia las reglas del juego. Demuestra que no tienes que competir en precio, puedes competir en valor añadido como la experiencia. Y ahí es donde entran en juego las estrategias de recompensa personalizadas y alineadas con la marca. En TLC, ayudamos a las marcas a crear esos momentos de alto valor percibido a escala, sin el costo o el caos de los descuentos.
Por qué esto es importante:
En un mundo de comparaciones de precios instantáneas y fatiga de ofertas, esta prima del 16% muestra que lo que distingue a las marcas no es solo lo que venden, sino también cómo hacen sentir a los clientes. Las experiencias personalizadas no solo son una buena CX, sino que son una palanca estratégica para proteger el margen, elevar la percepción y aumentar el gasto. Y con la estrategia de recompensa adecuada, puedes ofrecer más valor mientras proteges (¡y aumentas!) tus márgenes.

A pesar del crecimiento del comercio electrónico, el 85% de los consumidores sigue prefiriendo comprar en tiendas físicas. Eso no es una amenaza para lo digital, es una gran oportunidad para que los minoristas redoblen sus esfuerzos en lo que las tiendas hacen mejor: conexión humana, experiencia táctil y gratificación instantánea.
Sin embargo, las expectativas son más altas que nunca. Si alguien elige la tienda en lugar de deslizar el dedo, quiere algo más que comodidad. Quieren un valor añadido. Atención. Reconocimiento. Ahí es donde más importan las experiencias más personalizadas en la tienda.
En TLC, ayudamos a las marcas a cerrar la brecha digital-física, llevando el conocimiento del cliente, la estrategia de recompensa y la relevancia emocional directamente a la planta de producción. No se trata solo de tener tiendas. Se trata de hacerlos memorables.

Por qué esto es importante:
La afluencia por sí sola no es suficiente. Las visitas a las tiendas de hoy en día tienen que ganarse su sustento. Dado que la mayoría de los consumidores todavía entran por sus puertas, la prioridad no es impulsar las visitas, sino hacer que esas visitas se conviertan en ingresos sin erosionar el margen y el valor de la marca con descuentos constantes. Los minoristas que aprovechen los momentos en la tienda para ofrecer un valor personalizado (no solo un servicio transaccional) serán los que conviertan la preferencia en beneficio.


No todos los clientes son iguales. Aquellos que compran en canales como la tienda, la aplicación y en línea, valen hasta un 3,5× más que los que se ciñen a uno solo. Los clientes compran más. Interactúa más. Quédate más tiempo.
Pero desbloquear ese valor no se trata de estar en todas partes, se trata de conectar los puntos. Cuando las experiencias se sienten unidas, los clientes se mueven más libremente entre plataformas y canales. Ahí es cuando la lealtad se profundiza y el gasto sigue.
En TLC, diseñamos programas que pueden vivir en todo el ecosistema minorista. Desde recompensas personalizadas hasta un compromiso permanente, ayudamos a los minoristas a convertir los recorridos fragmentados en un ciclo de vida del cliente conectado y de alto valor.
Por qué esto es importante:No
necesitas más canales, necesitas otros más inteligentes. Cada punto de contacto desconectado es un potencial perdido. Pero cuando sus estrategias de adquisición, participación y recompensa trabajan juntas, convierte a los navegadores en compradores y a los compradores en fanáticos de la marca. Si los clientes omnicanal valen un 3,5× más, la pregunta no es si hay que unificar la experiencia, sino qué tan rápido se puede empezar.

La personalización ya no es un "buen toque". Es lo que se espera. El 71% de los clientes espera experiencias personalizadas y cuando no las obtienen, el 77% se siente frustrado. Eso es más que una oportunidad perdida. Es un riesgo de marca.
La frustración es emocional y persiste. Desde preferencias ignoradas hasta correos electrónicos irrelevantes, las experiencias inconsistentes socavan silenciosamente la confianza, la lealtad y, en última instancia, el valor de por vida. Los clientes no quieren sentirse como uno de muchos, quieren sentirse reconocidos.
En TLC, ayudamos a las marcas a ofrecer ese reconocimiento a escala, de una manera económicamente viable. Ya sea que se trate de recompensas personalizadas, puntos de contacto relevantes o segmentación basada en información, nuestros programas están diseñados para que cada interacción se sienta como si estuviera hecha para su cliente.

Por qué esto es importante:
Los números cuentan la historia aquí: si no estás personalizando, no solo estás rindiendo menos, sino que estás erosionando activamente el valor. Las expectativas están aumentando, y las marcas que ganen serán aquellas que traten la personalización como una línea de base, no como una ventaja. ¿La buena noticia? Con las herramientas y la estrategia adecuadas, la personalización coherente y omnicanal no solo es posible, sino que es rentable.


Cada vez que un cliente leal se escapa, reemplazarlo cuesta de 5 a 25 veces más. Eso no solo es ineficiente, sino insostenible.
La adquisición es costosa. Estás pagando por anuncios, promociones, asociaciones... todo por alguien que tal vez nunca se convierta. Mientras tanto, sus clientes actuales están listos para gastar nuevamente, si les da una razón para quedarse.
Ahí es donde el compromiso emocional se gana su lugar. En TLC, ayudamos a las marcas a recompensar los comportamientos correctos a lo largo del ciclo de vida del cliente, para que su gasto en adquisición no solo compre un clic, sino que genere valor a largo plazo.
Por qué esto es importante:
No se trata solo de tapar el balde con fugas, se trata de diseñar uno mejor. Si pasas todo el tiempo persiguiendo nuevos clientes mientras los existentes se alejan, estás perdiendo margen en ambos extremos. Pero cuando la retención se convierte en una prioridad estratégica, respaldada por recompensas relevantes y personalizadas, gastas de manera más inteligente y ganas más. Así es como se pasa de las ganancias a corto plazo al crecimiento sostenible.

A veces, el movimiento de crecimiento más inteligente no es hacer más, sino perder menos. Solo un aumento del 5% en la retención de clientes puede impulsar un crecimiento de las ganancias del 25% al 95%. No se trata de una victoria incremental, sino de una transformación.
¿Por qué? Porque los clientes retenidos son más eficientes. Cuesta menos servir, gastar más y abogar más. Y, sin embargo, la mayoría de los minoristas siguen invirtiendo mucho más en adquirir nuevos clientes que en mantener a los que ya han ganado.
En TLC, ayudamos a las marcas a cambiar ese equilibrio mediante el uso de programas personalizados y emocionalmente resonantes que convierten a los compradores ocasionales en leales y a los leales en valor de por vida. Nuestras estrategias no solo retienen a los clientes, sino que aumentan su valor.

Por qué esto es importante:
Si pudiera casi duplicar sus ganancias manteniendo solo un 5% más de clientes, ¿no actuaría en consecuencia? Esta estadística pone un número a lo que la lealtad realmente significa para su resultado final. Con la estrategia de recompensa adecuada, la retención no es una métrica de back-end, es su motor de crecimiento más rentable.


Forget the myth that customers won’t share data. 90% say they’re willing to share behavioural info - if it improves their experience or saves them money.
That’s a massive green light for retailers. The challenge isn’t privacy, it’s proving the payoff. When shoppers feel like their data leads to better rewards, smarter offers, or more relevant experiences, they’re not just compliant, they’re collaborative.
At TLC, we help brands turn that trust into tangible outcomes. Our programs use zero and first-party data to serve shoppers personalised, emotionally resonant rewards. Because when the value exchange feels fair and the data is used to provide more relevant benefits, customers will lean in.
Forget the myth that customers won’t share data. 90% say they’re willing to share behavioural info - if it improves their experience or saves them money.
That’s a massive green light for retailers. The challenge isn’t privacy, it’s proving the payoff. When shoppers feel like their data leads to better rewards, smarter offers, or more relevant experiences, they’re not just compliant, they’re collaborative.
At TLC, we help brands turn that trust into tangible outcomes. Our programs use zero and first-party data to serve shoppers personalised, emotionally resonant rewards. Because when the value exchange feels fair and the data is used to provide more relevant benefits, customers will lean in.
Olvídese del mito de que los clientes no compartirán datos. El 90% dice que está dispuesto a compartir información sobre su comportamiento , si mejora su experiencia o les ahorra dinero.
Esa es una gran luz verde para los minoristas. El desafío no es la privacidad, sino demostrar la recompensa. Cuando los compradores sienten que sus datos conducen a mejores recompensas, ofertas más inteligentes o experiencias más relevantes, no solo cumplen, sino que colaboran.
En TLC, ayudamos a las marcas a convertir esa confianza en resultados tangibles. Nuestros programas utilizan datos cero y de primera mano para ofrecer a los compradores recompensas personalizadas y emocionalmente resonantes. Porque cuando el intercambio de valor se siente justo y los datos se utilizan para proporcionar beneficios más relevantes, los clientes se inclinarán.
Por qué esto es importante:
Los datos no son el problema. La relevancia lo es. Si 9 de cada 10 clientes están dispuestos a compartir, pero sigues luchando con lagunas de información, tal vez sea el momento de replantearte cómo utilizas (y comunicas) la personalización. Con la estrategia adecuada, los datos de comportamiento se convierten en el combustible para una personalización relevante, un compromiso más profundo, una lealtad más fuerte y un marketing más eficiente.

Casi dos tercios de los clientes dicen que su lealtad depende de cómo la marca los hace sentir, no solo de lo que vende. El producto y el precio pueden ganar la canasta, pero la experiencia es lo que hace que regresen.
Y no se trata de trucos o regalos. Se trata de relevancia. Reconocimiento. Viajes fluidos que se sienten personales, a través de lo digital, en la tienda y más allá.
En TLC, ayudamos a las marcas a diseñar programas basados en incentivos que mejoren toda la experiencia del cliente, de modo que desde el primer clic hasta la repetición de la compra, cada interacción genere valor y afinidad. Es una experiencia que se siente sin esfuerzo, pero que trabaja duro para su marca.

Por qué esto es importante:
La lealtad no solo se gana a través de puntos y ciertamente no a través de descuentos, sino que se construye a través de momentos más genuinamente atractivos. Esta estadística es un claro recordatorio: si el recorrido de tu cliente se siente olvidable, la lealtad también lo será. Pero, ¿cuándo tus experiencias son personalizadas, significativas y alineadas con la marca? Es entonces cuando se pasa de las transacciones puntuales a las relaciones a largo plazo.


Las marcas que se centran en experiencias personalizadas observan, de media, un aumento del 46% en el gasto de los clientes. No porque se esfuercen más, sino porque conectan mejor.
Cuando la experiencia se siente personalizada, cuando las ofertas, las recompensas y los mensajes reflejan lo que realmente les importa a los clientes, la intención de compra se dispara. La frecuencia sube. Las canastas se hacen más grandes. Y los clientes sienten que es más que una transacción.
En TLC, convertimos esa información en acción, diseñando recompensas de alto valor percibido impulsadas por las emociones que brindan a los clientes una razón para regresar y gastar más. Todo personalizado, todo escalable, todo construido para aumentar el valor sin erosionar el margen.
Por qué esto es importante:
Si casi la mitad del crecimiento de sus ingresos pudiera provenir de acercarse a los clientes que ya tiene... ¿Por qué no empezar por ahí? Este es el cambio de mentalidad: la personalización no es solo una jugada de retención, es un motor de ingresos. Para los profesionales del marketing minorista bajo presión para ofrecer más con menos, esta es la palanca de rendimiento que vale la pena tirar.
Los números no mienten, los minoristas que invierten en relaciones más sólidas con los clientes están obteniendo mejores resultados. Ya sea que se trate de un mayor gasto, una lealtad más profunda o un ROI más eficiente, las marcas que priorizan la relevancia y el reconocimiento están avanzando.
Sin embargo, para obtener mejores resultados se necesita algo más que personalización, programas de fidelización o presencia omnicanal de forma aislada. Se trata de pasar de las promociones a corto plazo al crecimiento a largo plazo. Desde perseguir transacciones hasta impulsar un cambio de comportamiento duradero. Y desde ofertas genéricas hasta experiencias que conectan con lo que realmente les importa a los clientes.
En TLC, ayudamos a las marcas a crear programas que hagan todo lo anterior: recompensar de manera más inteligente, involucrar más profundamente y crear resultados que generen mejores resultados en la adquisición, el compromiso y la lealtad.
Y, aunque el panorama del comercio minorista sigue evolucionando, una cosa no ha cambiado: las relaciones impulsan los resultados. La verdadera pregunta es: ¿Qué está haciendo tu marca para construir otras mejores?



